Sigo sin saber la causa de mi catástrofe. He aprendido que
lo que duele no es dejar de querer, ya que nunca dejas de querer a alguien que
has querido de verdad, que todo esto no es por ella, es por el efecto que
causa. Lo difícil es desacostumbrarte a lo acostumbrado, olvidarte de lo bien
que escribe y encontrar a otra que escriba diferente, a despreocuparte por tus
pintas porque ya no tienes que impresionarle a nadie, acostarte pronto porque
no hay nadie al otro lado del teléfono que haga que te quedes dormido hablando
y… ¿Al cine para que? Si ya no hay nadie a quien abrazar asustado cuando la
matan, ni a quien besar cuando están en pleno calentón. Solo queda esperar a
que vuelva alguien y rompa tus ‘yo nunca en la vida’ y te haga creer un ‘siempre’
aunque sea mentira, pero creo que a veces es mejor vivir en una mentira, creer
que se va a levantar con una de tus camisas, descalza, y te haga el café después
de haberlo hecho de buena mañana. Nos pasamos la vida en busca de unas piernas
largas y bonitas, tal vez para que cuando salgan corriendo sea dulce la
despedida, para tener una dulce autodestrucción. No quiero pero...
PERFECTA, VÍCTOR. INCREÍBLE.
ResponderEliminarVíctor, que preciosidad.
ResponderEliminarme encanta tu blog, lo he descubierto por que te sigo en twitter :)
ResponderEliminarPasate por el mio si quieres, un beso
http://nuncaseolvidasolosesupera.blogspot.com.es/